Película de exclusión

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Stephany Cheung

¿Qué piensas cuando escuchas la palabra "afrodescendiente"? ¿Opresión? ¿Pobreza? Si tu respuesta es afirmativa, tal vez tenga que ver con la representación que ha tenido este grupo en el cine y la televisión estadounidenses. No es un secreto que los estudios cinematográficos han excluido —o minimizado— a la cultura afro durante demasiado tiempo.

Imagina que eres una mujer de color con talento para actuar en la década de 1930... Las oportunidades son limitadas, pero haces lo mejor que puedes. Trabajas horas como doméstica para ganar dinero y subsistir. Eventualmente, consigues pequeños papeles en obras y cortometrajes. Notas que empiezas a ganar reconocimiento. Apareces en 300 películas, pero solo te dan roles como criada obediente; estás encasillada. Y dices: “Prefiero actuar de sirvienta que ser una de verdad”.

Todo tu esfuerzo parece cobrar vida cuando eres nominada a un Oscar como mejor actriz de reparto por tu interpretación en Lo que el viento se llevó en 1940. Serás la primera actriz negra en lograr tal honor. Lista para recibir tu momento con los brazos abiertos, pero en la gala no puedes sentarte con tus compañeros, ya que el hotel de la ceremonia tiene reglas de segregación racial. No importa cuánto te esfuerces, siempre te faltarán al respeto.

Este fue el caso de la afroestadounidense Hattie McDaniel, la menor de trece hermanos e hija de esclavos liberados, quien, a pesar de su triunfo, no pudo abrirse paso en la industria para obtener mejores oportunidades como actriz. Como ella, muchos actores negros han sido limitados por los papeles que les ofrecen. Están en las obras para ser de ayuda a sus compañeros blancos, sin tener protagonismo propio. ¡Imaginen qué deben sentir haciendo lo mismo!

También es común la situación en la que presentan a las mujeres negras como personas violentas y de poca paciencia. ¿Acaso no pasa que la figura afrodescendiente siempre sobra? En ocasiones, solo existe para hacer chistes y llenar una lista de representación. Un ejemplo sería Ivy Renee Wentz (interpretada por Raven Goodwin), personaje secundario de la serie Good Luck Charlie (Buena suerte, Charlie) de Disney Channel.

Otro punto sería la inclusión en los animes. ¿No han notado que en algunos programas los personajes de color no parecen encajar? Como Mr. Popo, en Dragon Ball, asistente del dios Kami y encargado del Templo Sagrado. En varios casos, como este, es evidente que los artistas dibujan diferente a los personajes negros y exageran sus rasgos físicos.

Ante la falta de inclusión y oportunidades, producto de la segregación racial en Estados Unidos que terminó en 1964, fuera de Hollywood se produjeron una serie de películas por y para negros. El género era conocido como Race Film o películas raciales. Estas se dieron entre 1915 y 1950 (aunque reaparecieron en 1980). Fue un espacio para que actores negros demostraran a espectadores afroamericanos su potencial desperdiciado ante la desigualdad.

Es cierto que durante los últimos años hemos notado una evolución en la representación afro dentro de la meca del cine, aunque aún existen retos. Hay personajes afroamericanos en la gran mayoría de películas, pero casi siempre en un rol de coprotagonista o de personaje secundario a protagonistas blancos. Además, existen cintas que se alejan de los estereotipos negativos, como el matón negro y la sirvienta de color; pero no es suficiente.

Los estudios deben aprender a tratar temas afro con sensibilidad y empatía, ya que la televisión y el cine son medios que nos influyen y pueden llevarnos a creer prejuicios y a tener una percepción negativa de la minoría. La próxima vez que veas un personaje negro en pantalla, pregúntate: ¿Cómo altera esto mi percepción de la cultura afro? ¡No te dejes influenciar negativamente!

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