La visión del corazón

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Cristina Qiu

—¿Moriré por esta enfermedad? —exclamó Keira de Gracia una tarde de 2005.

—No, no morirás —respondió su madre tranquilamente.

—Entonces, ¿cuál es el problema? —preguntó Keira—. No quiero verte triste. ¡Voy a ser una persona ciega muy alegre!

Así fue, nada detuvo a Keira en su búsqueda de lograr sus objetivos. Y no, sus pasatiempos no son aburridos: desde andar en bicicleta hasta subir el famoso volcán Barú, en su natal provincia de Chiriquí.

Cuando tenía catorce años, la llevaron a una clínica en Panamá, donde le diagnosticaron retinosis pigmentaria, una enfermedad que gradualmente roba la visión de quien la padece. Ante esto, Keira se vio en la necesidad de cambiar sus planes y adaptarse a las limitaciones que se le presentaban.

Con el apoyo de sus seres queridos, pudo visitar varios países con la esperanza de que la tecnología y los avances de la medicina pudieran ayudarla. En Cuba, conoció a la destacada doctora Mirta Copello, quien orientó a la familia para obtener ayuda del gobierno cubano a través de la donación de una cirugía. Al llegar a la clínica donde sería operada, vio que la mayoría de los pacientes tenía diferentes condiciones visuales, lo cual la impactó profundamente.

Keira cuenta que antes de la operación, se le acercó una muchacha.

—¿Qué tienes? —cuestionó la paciente.

—Tengo retinosis pigmentaria —señaló Keira.

—¡No tienes nada!

Sorprendida, Keira pensó: "¿¡Cómo puede decirme que no tengo nada!?".

—No quiero minimizar tu condición, pero yo tengo cáncer en la vista —continuó la joven—. Mis opciones son operarme, quedarme ciega o mantener mis ojos y seguir con una visión limitada, además de tener pocas probabilidades de vida.

Después de escuchar esta impactante confesión, Keira se dijo a sí misma: “No tengo motivos para quejarme; cada persona enfrenta sus propios desafíos”.

Este encuentro la marcó profundamente y, aunque la cirugía en Cuba no la ayudó mucho, regresó a Panamá inspirada. A los 18 años, se embarcó en un proceso de rehabilitación de seis meses en la Unión Nacional de Ciegos, donde aprendió a usar el bastón, a navegar en la computadora y braille, un sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas con discapacidad visual.

Con determinación y perseverancia, logró sus metas. En 2011, comenzó a estudiar su primera carrera: Administración de Negocios con Gerencia en Recursos Humanos en la Universidad Latina, en Chiriquí. Posteriormente, obtuvo en España una maestría en periodismo, y actualmente se desempeña como coach profesional, locutora y periodista.

Recientemente, Keira estrenó su faceta como escritora. A finales de 2022, publicó un libro para infantes llamado La gran fiesta de Haly y sus camaradas, que aborda diversas discapacidades.

La historia de Keira ha inspirado a miles de personas. En sus propias palabras: "La vista es una función de los ojos, mientras que la visión reside en el corazón".

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